18 mar 2010


Decimoséptimo (y último) día: miércoles 17 de marzo


Aproximadamente a las nueve de la mañana, la urna de Don Bosco llegó al estrecho de Tiquina. Allí fue recibida con honores por los soldados y oficiales de la Naval acantonados en esa zona. Una vez bajada del camión fue trasladada a la barca militar en la que cruzo el lago Titicaca para pasar a la otra orilla del estrecho. Una vez allí, en el patio del regimiento se celebró una breve liturgia y se rindieron los homenajes correspondientes. La banda del colegio Don Bosco y estudiantes y docentes de la Universidad Salesiana conformaron la caravana que acompañó desde allí el recorrido.

En Copacabana el recibimiento fue extraordinario. Ya desde la entrada el párroco del santuario, P. Félix Apaza, franciscano, recibió y dio la bienvenida a Don Bosco y a la caravana que lo acompañaba. También se encontraba presente el P. Vicente Santilli, inspector del Perú, acompañado por otros salesianos de esa inspectoría. Desde allí se partió en procesión hacia la plaza principal del pueblo. En el recorrido, todo adornado por alfombras de flores artísticamente elaboradas, participó muchísima gente que se volcó a las calles para saludar y rendir su homenaje al Santo fundador de los salesianos, incluidos el Alcalde Municipal, el Presidente del Concejo Municipal y otras autoridades. Al final, entró en el Santuario de la Virgen de Copacabana, que inmediatamente se llenó por todas las delegaciones de jóvenes y miembros de la Familia Salesiana que llegaron de todas partes del país. Presidió la eucaristía el obispo salesiano de El Alto, mons. Juárez y fue concelebrada por una treintena de sacerdotes, la gran mayoría, salesianos de la inspectoría boliviana. En un gesto emotivo y particular, todos lo salesianos fueron invitados alrededor de la urna para renovar la profesión religiosa. Luego el P. Inspector de Bolivia despidió con emotivas palabras a la urna y se la entregó al P. Inspector del Perú. La Alcaldía de Copacabana entregó a los salesianos un reconocimiento oficial declarando a San Juan Bosco, Huésped Ilustre de la población.























































Finalmente, en la población fronteriza de Yunguyo,  se dio la despedida a la reliquia de San Juan Bosco que visitó nuestro país por 17 días, y que partía de esa manera para iniciar su periplo por la hermana República del Perú.

¡Gracias, Don Bosco, por haber estado con nosotros, por haber visitado nuestras casas, por habernos animado y hecho vibrar en el carisma salesiano y por haber traído la bendición de Dios a tu paso por esta tierra boliviana!
DMACT

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